J.A. Aguilar. - Segunda jornada de competición para nuestros chicos, y chica, del infantil, que de nuevo se saldó con derrota.
El partido comenzó con un par de destellos de calidad por parte del tridente atacante formado por Rubén y Dani López por las bandas y Agustín en punta, que hicieron pensar que pasaríamos un buen rato viendo un buen partido de fútbol de los nuestros.
Fue un espejismo, ya que de los 80 minutos que del encuentro, este resplandor no duró ni cinco.
Ya no entramos en que el arbitraje, sin ser tan malo como otros que hemos sufrido, no juzgó igual jugadas en las que la única diferencia era el color de la camiseta de quien la sufría, no fue culpable de la derrota sufrida.
Si en la primera jornada nuestros jugadores dieron muestras de una calidad y un saber hacer sobre el campo que llevaban a ilusionarse, en esta segunda fueron un grupo de zombis deambulando por el césped.
Podemos achacarlo al poco tiempo de entrenamiento, los jugadores del Andalucía Este llevan entrenando casi un mes más que nuestros chicos, a que ellos entrenan casi 6 horas semanales y nosotros sólo 3, pero ni ellos son tan buenos, ni los nuestros tan malos como para que nos endosaran un 8 a 0, y nos dejaran una sensación de que con un poco más de sangre caliente por parte de los azulinegros el resultado podría haber sido muy diferente.
Como aspecto positivo, Ana apuntó algunos detalles de calidad, cañitos incluidos, que hacen pensar que este puede ser su año.
A Ríos y José Manuel les queda mucho trabajo si quieren que estos jugadores den lo que pueden dar de sí, que los que los conocemos desde hace tiempo, sabemos que es mucho más de lo que hemos visto en este partido.
Sólo es la segunda jornada, queda mucho por delante, y esperemos que el empane del otro día sea sólo un mal día. Yo, personalmente, creo que este equipo va a darnos muchas alegrías, y pienso que no soy el único.
Destacable el calor que pasamos los que fuimos a acompañar al equipo, algo que atestiguan las marques que "El Rubio" dejó en nuestros brazos y caras…..
Esperemos que la próxima crónica, por fin, sea la crónica de una victoria.
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