Mario. -Partido “amistoso” disputado el pasado viernes en las instalaciones de Bellavista. El partido comenzó bien para los nuestros, que a base de buen juego creó varias ocasiones de gol, fruto de ello, a los pocos minutos y tras un saque de esquina botado por Miguel Angel, Felipe engancha de volea, con la izquierda y el balón entra tras golpear en el palo derecho de la portería local.
Posteriormente, gozamos, varias ocasiones más a cargo de Vera y Miguel Angel, pero el balón no entró por poco. Seguidamente, Juan recupera un balón en el centro del campo y pone un pase en profundidad, que aprovecha Vera para batir al portero por debajo de las piernas.
A partir de ahí y con el 0-2 el árbitro (persona perteneciente al equipo local y ya con cierta edad) entendió que el partido no iba como a él le gustaba y decidió poner todo lo que estaba en su mano para que cambiase. El equipo local comenzó a realizar innumerables faltas, dejando constantemente el recadito tras la disputa del balón y utilizando las manos constantemente. Todo ello con el beneplácito del árbitro, que no se contentaba con no pitarlas, incluso se permitió el lujo de explicarle al portero, a grito limpio, como realizar una fea entrada, ante el asombro de los allí presentes.
Si bien, los dos primeros goles encajados fueron propiciados por errores propios, antes del descanso. En la reanudación, el doble rasero y la aptitud de la persona que dirigía el encuentro, dando constantemente indicaciones a los locales, provocó la desesperación de algunos de nuestros niños y el desconcierto general.
Como ejemplo, ya con el 5-2 en el marcador, anuló un gol legal de Miguel Angel por fuera de juego, cuando era imposible que él lo viese, ya que se encontraba de espaldas al resto de jugadores, dando indicaciones al portero de dónde debía de colocarse en el saque de la falta.
En resumen, un partido marcado por la actuación de este señor, que fue el gran protagonista del encuentro. Es verdad que es muy complicado pitar un partido, más aún cuando uno no es árbitro, pero hay cosas que no tienen justificación, hay que tener un poco de respeto por el contrario, que son niños y ganar a toda costa, tampoco vale.
A partir de ahí y con el 0-2 el árbitro (persona perteneciente al equipo local y ya con cierta edad) entendió que el partido no iba como a él le gustaba y decidió poner todo lo que estaba en su mano para que cambiase. El equipo local comenzó a realizar innumerables faltas, dejando constantemente el recadito tras la disputa del balón y utilizando las manos constantemente. Todo ello con el beneplácito del árbitro, que no se contentaba con no pitarlas, incluso se permitió el lujo de explicarle al portero, a grito limpio, como realizar una fea entrada, ante el asombro de los allí presentes.
Si bien, los dos primeros goles encajados fueron propiciados por errores propios, antes del descanso. En la reanudación, el doble rasero y la aptitud de la persona que dirigía el encuentro, dando constantemente indicaciones a los locales, provocó la desesperación de algunos de nuestros niños y el desconcierto general.
Como ejemplo, ya con el 5-2 en el marcador, anuló un gol legal de Miguel Angel por fuera de juego, cuando era imposible que él lo viese, ya que se encontraba de espaldas al resto de jugadores, dando indicaciones al portero de dónde debía de colocarse en el saque de la falta.
En resumen, un partido marcado por la actuación de este señor, que fue el gran protagonista del encuentro. Es verdad que es muy complicado pitar un partido, más aún cuando uno no es árbitro, pero hay cosas que no tienen justificación, hay que tener un poco de respeto por el contrario, que son niños y ganar a toda costa, tampoco vale.
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