A pesar de que la segunda equipación, con la que jugaron esta semana los nuestros no es dorada, si no amarilla, para la ocasión, me vale.
Y es que cada uno de los que ayer se enfundó esta equipación, que por cierto, estrenamos antes que la primera oficial, demostró que vale su peso en oro, saliendo de inicio, saliendo desde el banquillo, o incluso sin llegar a jugar ni un solo minuto. Porque ayer demostraron en el césped que son el mejor equipo de la categoría y dejaron claro que, el ascenso, no es para nada una utopía.
El del mediodía del sábado fue un muy buen partido de fútbol, vibrante, intenso, emocionante, jugado entre dos equipos con las ideas muy claras, uno, el local, con sus armas, un sistema defensivo casi perfecto y un contragolpe extremadamente peligroso, y otro, el nuestro, construido desde la portería hasta la delantera, con el objetivo claro de ascender, con unos futbolistas increíbles, y un entrenador valiente, que sabe posicionar sus piezas y cambiar el dibujo en el césped para ir a por la victoria a pecho descubierto cuando el aire sopla en contra.
Y bueno, aparte de los ases de oros, traería el as de bastos para un árbitro malo de doler, que perjudico descaradamente a nuestro equipo.
El partido arrancó desde el pitido inicial con un continuo intercambio de golpes. Los locales sacaron de centro intentando sorprender a Carlos con un tiro lejano, nada más poner el balón en juego, pero sorprender a un portero que está concentrado desde que se pone los guantes, es imposible.
Tras unos minutos de idas y venidas con jugadas preciosas, que morían antes de llegar a la zona de peligro. Llegó la primera ocasión clara de los nuestros. Corría el minuto seis, cuando Josema puso un balón a la banda derecha, por donde entraba Dani López, tras recortar a un defensor encaró al portero, pero su disparo se marchó fuera rozando la base del palo contrario.
La primera clara de los locales llegó en el ocho, cuando Nico tuvo que despejar a córner un centro desde la banda derecha, que buscaba la cabeza del delantero más activo de la Oliva.
En el trece, la Oliva empezó a mostrar sus cartas, un balón recuperado en la frontal del área por su defensa, lo lanzaron en largo para tratar de coger despistada a nuestra retaguardia, pero el partido de la semana anterior pareció servir de preparación para este, ya que en esta ocasión Cata lo protegió lo justo para que Carlos llegase en ventaja y se hiciese con él. Una jugada que repetirían una y otra vez durante los 95 minutos de partido.
En el dieciséis fue nuestro equipo el que puso las suyas sobre la mesa, una jugada de Amoedo, que estuvo enorme, con Agustín, Adam y José Manuel, trenzada, rápida al primer toque en algunas ocasiones, y buscando la portería rival, acabó muriendo contra el muro defensivo de los locales.
En el dieciocho, fue Dani López el que condujo el balón por su banda, su posterior centro al área lo remató Adam por encima del larguero.
En el veinticuatro se organizó una tangana, tras revolverse Adam después de recibir la enésima entrada dura, no sancionada por un árbitro que debió cortar el juego sucio mucho antes. Al final, se saldó con amarilla para Adam y un jugador local.
Carlos detuvo sin demasiados problemas una falta sacada desde el pico de su área en el veintiséis
Uno después, un contragolpe de los de la Oliva se marchó por encima de la portería de Carlos. Los defensores de la UD no dejaron que el delantero rematase de una manera cómoda.
A cuatro del descanso, un pase en profundidad de Josema, no lo consigue enganchar Agus por muy poco, y es el portero el que se hace con el balón.
La última jugada del primer tiempo la inició Álvaro sacando desde la banda, Dani López condujo el balón hasta sacar un centro a Josema que no pudo revolverse ante los defensores de azul.
Al volver de los vestuarios comenzó el recital del señor de negro.
En el minuto dos del segundo tiempo, Josema recibe dentro del área, y cuando se disponía a girarse para rematar a portería fue derribado por un defensor que le dio una patada en el tobillo. Tan claro, que hasta los aficionados locales empezaron a lamentarse por el penalti, que al final, el árbitro no pitó, y que no sería el último.
En el seis, un nuevo pase de Josema a Agus, acaba en las manos del portero que se anticipó a nuestro delantero. Sin perder tiempo, este puso el balón en largo para que ahora, fuese nuestro portero, Yeray, el que se tirase a los pies del delantero local, evitando así el primero de la Oliva.
En el doce, una falta sacada en largo desde el centro del campo, la cabeceó fuera el delantero local, desde el punto de penalti.
Una pérdida de balón en el ataque, volvió a propiciar un disparo muy lejano de los locales, que se marchó por encima del larguero de la portería de Yeray.
En el dieciséis, una jugada por la banda derecha del ataque local, en la que Cata, pese a su carrera, no consiguió evitar el centro del extremo local, un centro que, ni Yeray, ni Mateo, consiguieron evitar que se rematase dentro del área, ni que se convirtiese en el consiguiente uno a cero.
Era la primera vez que nuestro equipo se ponía por detrás en el marcador en lo que va de liga, y no es que hubiese dudas del poder de reacción del equipo, si no, que no sabíamos cómo afectaría a su espíritu ganador el mazazo.
Y en seguida las dudas se disiparon, entre otras cosas, porque el capitán de este barco sabe tela de fútbol, y de cobarde no tiene un pelo. Rafael movió fichas casi antes de sacar de centro. Adelantó a Dani Román al medio centro, dejando una defensa de tres, sacó a Hugo Rodríguez en lugar de Agustín por la banda izquierda, perdiendo quizá algo de potencia, pero ganando velocidad y precisión y sobre todo, puso a sus tres matadores arriba, buscando el gol sin disimulo. Más adelante sacó a Javi López de mediocentro defensivo, por Dani Román, ganando algo más de velocidad a la hora de cortar los ataques locales.
También las disiparon los jugadores, sólo dos minutos después, Dani López se disponía a controlar un balón dentro del área, cuando lo derribaron de un fortísimo empujón, de nuevo el nefasto árbitro no lo sancionó como penalti.
Dani Román, en el diecinueve, sacó una falta al centro del área, cuando Adam se disponía a rematar, el portero chocó contra él en el punto de penalti, el árbitro pitó falta en ataque.
Nico lo intentó desde fuera del área en el veinticinco, pero su disparo no fue entre los tres palos.
De nuevo Dani Román, en el veintiocho, poco antes de ser sustituido, pudo empatar pero su lanzamiento de falta lo detuvo el portero.
En el veintinueve, Hugo Rodríguez roba un balón en su banda, se interna en el área, pero su disparo, ajustado al palo, lo detuvo el portero.
El empate lo consiguió Adam en el treintaidós, Nico sacó una falta desde la derecha de nuestro ataque, tras varios rechaces el balón le cayó a Adam que con un disparo raso entre un bosque de piernas consiguió el uno a uno, gol, que hacía justicia en el marcador.
Hasta ahora había oído hablar del gol psicológico, del gol del honor, del olímpico, etc. pero este gol fue el gol “réflex”, porque hasta ese momento, los jugadores de la Oliva caían “lesionados” cada dos por tres. Después del gol de Adam, se les quitaron todos los dolores.
Más justicia puso el uno a dos un minuto después, el propio Adam controló un balón en el lateral izquierdo del área de la Oliva, cuando todo el mundo pensaba que iba a rematar, pasó el balón a Dani López, que tras un par de amagos consiguió batir por segunda vez al portero local, poniendo a los de Rafael por delante en el marcador.
Yeray también quería su parte de mérito en la victoria, y con dos jugadas, una en el treintaicinco, en la que se tiró a los pies de un delantero que se colaba como una bala en su área, y otra, en el cuarenta, con una mano salvadora para enviar a córner un disparo que se colaba por su escuadra derecha.
Pudo aumentar la distancia Dani López en el cuarentaicuatro, pero su media chilena dentro del área salió muy floja a las manos del portero.
Poco después, el de negro puso la guinda a su recital de mal arbitraje, tragándose un nuevo penalti, esta vez sobre Adam, que recibió una patada al ir a rematar a portería, y prolongando el partido cuatro minutos, que se convirtieron en cinco, lo justo para que con un tiro desde casi el centro del campo, los locales batieran por alto a Yeray y empatasen el partido. Nada más sacar de centro, pitó el final del encuentro.
En resumen, un partido de fútbol con mayúsculas, con dos equipos que demostraron el por qué están donde están en la clasificación, un partido donde el único lunar lo puso el árbitro. Un partido en el que los nuestros demostraron que son el mejor equipo de la competición y que están a un nivel superior al resto. Un partido en el que se vio que el ascenso, salvo un patinazo por nuestra parte, tiene un dueño claro. Un partido en el que vimos, que ni jugando con doce, el equipo rival nos gana, porque este equipo tiene diecisiete ases de oros, que juegan de ensueño, y un capitán al timón del barco, capaz de bandear cualquier temporal que se le presente.
Uno a uno,
Carlos, metido en el partido desde que se puso la equipación, no se dejó sorprender, nunca, por el contrario. Rápido en las salidas y atento al juego. Mandando a sus compañeros desde su posición privilegiada.
Yeray, le tocó recibir los dos goles, ante los que no pudo hacer nada, pero tuvo varias intervenciones que salvaron el partido. También estuvo muy atento al juego.
Álvaro, en defensa estuvo impecable, por su banda casi no llegaron los rivales. Cuando subió al ataque, lo hizo como siempre, con peligro y sacando centros al área con bastante peligro. Cuando cambió el sistema a tres defensas tuvo algo más de trabajo, que solventó sin problemas.
Mateo, el único lunar fue la tarjeta amarilla que se llevó por quitarse la camiseta. En el primer gol de la Oliva el delantero le cogió la espalda a todos los defensores, El resto del partido lo hizo a la perfección.
Dani Román, por colocación se anticipó a casi todos los intentos de ataque de los delanteros de la Oliva. Le sigue faltando un punto de velocidad, pero lo supera con experiencia y saber estar.
Cata, en el primer gol de la Oliva, el delantero fue más rápido que él y no consiguió impedir el centro, pero durante el resto del encuentro no lo superaron nunca. Subió con peligro al ataque.
Nico, más centrado y más disciplinado que en otros partidos, más generoso con el balón, centros en largo con bastante sentido, y contundente a la hora de defender.
Amoedo, partidazo. Se peleó hasta con su sombra, cubriendo huecos, corriendo sin parar, pero con sentido, Con el balón en los pies jugó al fútbol con criterio. Trabajó como el que más y cuando tuvo que ponerse el traje de gala, también se lo puso. Cada día va a más, y parece que no tiene techo.
Agustín, le ha faltado un puntito más de, quizás, concentración, ha luchado cada balón, ha creado peligro por su banda, pero le ha faltado finalizar.
Dani López, marcó el segundo de la UD, trabajó para el equipo sin descanso, bajó a defender cuando hizo falta, lo dio todo. Le hicieron un penalti que tampoco pitó el árbitro. Siempre es peligroso.
Adam, marcó el gol del empate, le dio el pase a Dani López para el segundo, le hicieron un penalti que no pitó el árbitro. Cuando juega con un poco más de generosidad para el equipo, este lo nota. Esta jornada fue más generoso.
Josema, esta semana no marcó, aunque tuvo sus ocasiones, creo mucho peligro, aunque le faltó claridad en la última jugada.
Hugo Rodríguez, de nuevo, su salida al campo coincidió con la el cambio ofensivo del equipo. Dio más velocidad y precisión en el último pase. Pudo marcar, pero el portero paró su disparo.
Javi López, lo corta todo, cuando sale desde el banquillo el equipo no lo nota, es un seguro de vida, no se complica y siempre busca la opción más segura.
Fran, no jugó ni un minuto, pero no se queja, aporta espíritu de equipo y anima a los suyos sin descansar.
El árbitro, malo de solemnidad, se equivocó para los dos lados, pero perjudicó especialmente a la UD. No cortó el juego violento, lo que pudo haber provocado algún altercado o lesión de algún jugador, se tragó tres penaltis clarísimos a favor de los nuestros, prolongó innecesariamente el partido hasta que el equipo local consiguió el empate. Se podría decir que el ambiente adverso del escenario lo intimidó, pero todo lo contrario, se sentía como en casa, conocía los nombres de los jugadores de la Oliva, incluso estaba de tertulia con varios de ellos antes de comenzar la segunda mitad. Actuó con chulería y, si me apuran, con muy poca vergüenza, parecía empeñado a toda costa en que el equipo local no perdiese el partido.
La próxima jornada volvemos a jugar en casa, un partido, a priori, bastante más asequible y menos complicado que el de esta semana. Un rival al que tuvimos oportunidad de ver justo antes de comenzar nuestro partido y no parece que tenga un nivel como para ponernos en apuros.
Esperemos que pronto nuestros jugadores puedan jugar luciendo los colores de una primera equipación que, parece, nunca llega….Aunque la mejor temporada de los últimos años de estos chicos, la hicieron con la segunda equipación, porque la primera tampoco llegó….
Hasta la próxima
Aúpa Manantial
y….. ¿La obra p´a cuándo?
José Antonio Aguilar.
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